Los materiales necesarios son: Tizas de colores, sal, frasco de cristal, papel o cartulina, tantos vasos como colores vas a utilizar y una tapa (que se puede sustituir por un trapo o goma elástica).
Vuelca sal en todos los vasos que vas a utilizar. (ya que cada uno tendrá un color diferente).
A continuación elige la tiza con un color que te guste.
Vuelca la sal del primer vaso sobre la hoja de papel y empieza a frotar la tiza sobre la sal vertida.
Cuando toda la sal se haya coloreado levanta la hoja con cuidado y vuelve a verter la sal dentro de su vaso.
Ve repitiendo este proceso para cada vaso de sal utilizando colores diferentes.
Una vez tengas todos los vasos con sales de colores es el momento de dar forma al frasco decorativo.
Haz con la hoja de papel una especie de embudo y coloca en su interior un poco de sal coloreada. Debes elegir primero el color que se situará en la parte inferior del envase decorativo.
Vierte la sal poco a poco dentro del frasco creando pequeñas montañas.
Después vuelve a colocar la sal que te quedó en el embudo en su vaso correspondiente y utiliza otro color. Y así sucesivamente.
¡Cuando termines verás que BOTE MÁS BONITO!
También se puede hacer con AZUCAR
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